20 de junio de 2010

De vuelta a introvertolandia

Es inevitable, que luego de ciertos ciclos - que como bien sabemos, una vez que terminan se vuelve al comienzo - las cosas se re-acomoden en su lugar. Y esto no lo manejamos nosotros ni los otros. Simplemente sucede.

En mi caso me encuentro acercándome al inicio otra vez. ¿De qué?. No creo saberlo con exactitud, pero me atrevo a decir que todo "está volviendo a la normalidad". Es como que salí a dar un paseo por lugares extraños a conocer gente diferente, pero ya no puedo ir mas allá. Debo volver a mis raíces y ser fiel a mi esencia, forzada o naturalmente.

Eso es lo que me pasa, el círculo se está cerrando y mientras avanzo también me encuentro recorriendo un retroceso. Pero no lo siento como una involución, sino como algo necesario e imprevisible que me hará bien.

Necesito estar en soledad, esa de la que muchos reniegan pero que a mí siempre me hizo tan buena compañía.

Ya no me divierten las muchedumbres que recorrí durante noches y amaneceres y que, hace no mucho tiempo parecían tan ajenas y lejanas a mí. Ya no me relaja la música de esos momentos compartidos con amigos y conocidos. Extraño esos momentos de reflexión y conversaciones conmigo misma donde las melodías no hacían más que estimularlas, a diferencia del bullicio en que me sumergí en el último tiempo y que me distrajo de lo que realmente me importa.

Estoy llegando al principio del final, o al final del principio. Es un ciclo, y dejo atrás lo nuevo para volver a lo viejo, que es también novedad.