9 de mayo de 2007

No estamos solos

Un regalo que me hizo mi hermana

Huellas, Anónimo.

Anoche tuve un sueño.
Soñé que caminaba por la playa
en compañía del Señor.
En la pantalla de la noche
se proyectaban los días de mi vida.
Miré hacia atrás y vi huellas
sobre la arena:
una huella mía y otra del Señor.

Cuando se acabaron mis días
me paré y miré hacia atrás.
Vi que en algunos sitios
había solo una huella...
Esos sitios coincidían con los días
de mayor angustia, de mayor miedo,
de mayor dolor en mi vida.

Entonces le pregunté al Señor:
"Tú dijiste que ibas a estar conmigo
todos los días de mi vida...
¿Por qué me dejaste sólo
justo en los peores momentos?...
"

El Señor me respondió:
"Los días que has visto
una sola huella sobre la arena,
han sido los días en los
que te he llevado en mis brazos."