25 de octubre de 2010

Sin remordimiento, adiós...

Carta de Hélene a Hervé, extracto...

«... ya no hay tiempo para huir ni fuerza para resistir, tenía que ser este instante, y en este instante es, créeme, señor amado mío, este instante será, de ahora en adelante, hasta el fin (...) No no veremos más, señor. Lo que era para nosotros, ya lo hemos hecho y tú lo sabes. Créeme: lo hemos hecho para siempre. Conserva tu vida al margen de mí. Y no dudes ni un segundo, si es útil para tu felicidad, en olvidar a esta mujer que ahora te dice, sin remordimiento, ADIÓS.»
Seda, Alessandro Baricco.

10 de octubre de 2010

Dos personas a la vez

«¡Vamos! ¡De nada sirve llorar de esta manera!», se dijo Alicia a sí misma, con bastante firmeza. «¡Te aconsejo que dejes de llorar ahora mismo!» Alicia se daba por lo general muy buenos consejos a sí misma (aunque rara vez los seguía), y algunas veces se reñía con tanta dureza que se le saltaban las lágrimas. (...) a esta curiosa criatura le gustaba mucho comportarse como si fuera dos personas a la vez. «¡Pero de nada me serviría ahora comportarme como si fuera dos personas!», pensó la pobre Alicia. «¡Cuando ya se me hace bastante difícil ser una sola persona como Dios manda!».

Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carroll.

2 de septiembre de 2010

Sobre relaciones, como siempre...

No suelo ver películas destinadas específicamente a un público en particular. Es decir, por ejemplo, no suelo ver películas estrictamente para chicas... Pero a veces, mientras salto entre canales, engancho con alguna, como me pasó con "El Diablo Viste a la Moda" (The Devil Wears Prada).

Ubiquémonos cerca del desenlace, cuando la protagonista - esclavizada por su jefa y por quien se ha convertido en una persona completamente diferente a quien realmente es - tiene una pelea final con su pareja tras contestar un llamado de la malvada patrona en un momento crucial, claro. Hay algo que el novio le dice a modo de ultimátum, una frase que se me quedó grabada en la punta de mi neurona más activa, y que hoy, tras un suceso en particular, volvió a resonar en mis adentros, y cito: "You know, in case you were wondering - the person whose calls you always take? That's the relationship you're in. I hope you two are very happy together"... que en nuestra lengua sería algo como "¿Sabés?, por si te queda alguna duda - la persona a quien siempre le respondes los llamados, esa es la relación en la que estás. Espero que sean muy felices juntos".

Y a eso me refiero, estamos en permanente contacto con gente de nuestro pasado y nuestra actualidad. Pero siempre está ese alguien a quien incondicionalmente tendemos la mano, o en quien siempre nos apoyamos. Siempre está esa persona a quien todo le contamos, y quien siempre tiene algo para compartir con nosotros. Y generalmente es alguien del pasado pero que está, todavía, en el presente. En lo mucho o en lo poco que se lo permitamos... siempre está.

Me pasa, como nos pasa a todos. Intentamos evitarlo, pero lo permitimos en ciertas ocasiones. Manipulamos las situaciones y los momentos, nos convencemos de que nadie más podrá ayudarnos y los convencemos de que más nadie podrá acudir a ellos.

Y nos hacemos adictos, y nos envolvemos en esa relación que ya no existe, pero que está al alcance de un llamado. O un mensaje. O un mail.


... who's gonna hang it up when you call? ♫ The Cars

20 de junio de 2010

De vuelta a introvertolandia

Es inevitable, que luego de ciertos ciclos - que como bien sabemos, una vez que terminan se vuelve al comienzo - las cosas se re-acomoden en su lugar. Y esto no lo manejamos nosotros ni los otros. Simplemente sucede.

En mi caso me encuentro acercándome al inicio otra vez. ¿De qué?. No creo saberlo con exactitud, pero me atrevo a decir que todo "está volviendo a la normalidad". Es como que salí a dar un paseo por lugares extraños a conocer gente diferente, pero ya no puedo ir mas allá. Debo volver a mis raíces y ser fiel a mi esencia, forzada o naturalmente.

Eso es lo que me pasa, el círculo se está cerrando y mientras avanzo también me encuentro recorriendo un retroceso. Pero no lo siento como una involución, sino como algo necesario e imprevisible que me hará bien.

Necesito estar en soledad, esa de la que muchos reniegan pero que a mí siempre me hizo tan buena compañía.

Ya no me divierten las muchedumbres que recorrí durante noches y amaneceres y que, hace no mucho tiempo parecían tan ajenas y lejanas a mí. Ya no me relaja la música de esos momentos compartidos con amigos y conocidos. Extraño esos momentos de reflexión y conversaciones conmigo misma donde las melodías no hacían más que estimularlas, a diferencia del bullicio en que me sumergí en el último tiempo y que me distrajo de lo que realmente me importa.

Estoy llegando al principio del final, o al final del principio. Es un ciclo, y dejo atrás lo nuevo para volver a lo viejo, que es también novedad.

28 de abril de 2010

No siempre es el perro

... el mejor amigo.

(Mi ahijado y Midas, in fraganti)

19 de abril de 2010

Pseudo monocromo

Dicen que a mi vida le faltan colores...